11 de diciembre de 2014
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3 pasos imprescindibles

A dormir siempre con los dientes limpios

Sabemos lo importante que son las rutinas para los niños. Les ayudan a ordenar su mundo y a saber que deben hacer en un momento dado. Las que establecemos antes de ir a la cama les facilitan el sueño y,  un buen descanso es importante para su salud física y mental. Además el niño con la rutina interioriza buenos hábitos que le acompañarán el resto de su vida. Uno de ellos debería ser cepillarse los dientes antes de dormir.

No es fácil conseguir que cuando el peque está cansado quiera lavarse los dientes, convertirlo en un momento especial o en un juego nos puede ayudar, pero sobre todo lo hará la constancia, hacerlo cada noche. Este gesto tiene mucha más importancia de lo que solemos pensar.

Aunque debemos cepillarnos los dientes después de cada comida, durante el día la saliva, los movimientos de la lengua y el agua que bebemos, nos ayudan a mantener la boca limpia y evitan en parte que el sarro se deposite en los dientes. Por la noche, sin embargo, no bebemos, salivamos menos y la lengua permanece prácticamente quieta. Además, el PH de la saliva baja, disminuyendo esta defensa natural. No hay nada que impida a las bacterias campar a sus anchas por nuestra boca, ¡y son muchas horas!.

Cualquier resto de comida que quede en la boca,(especialmente los azúcares) entre los dientes, sobre ellos, en el paladar, la lengua o en el interior de las mejillas, es un factor de riesgo para la proliferación de bacterias y por tanto para la aparición de las temidas caries, además de otras enfermedades de los dientes y las encías.

Teniendo claro lo importante que es cepillarse los dientes después de cenar, nuestra misión es conseguir que los niños lo hagan cada día y si es posible, de buen grado. Aquí hemos dado algunas ideas, juegos, canciones e incluso concursos, pero en cada familia hay que buscar lo que mejor funcione. Siempre ha de ser de forma amena para evitar que la obligación provoque rechazo en los  peques.

Aunque consigamos establecer la rutina tenemos que empeñarnos en que se cepillen correctamente, durante al menos dos minutos y sin dejar ninguna parte de la dentadura sin limpiar. Como eso es complicado al principio, y aplaudirles por intentarlo corrigiéndolos poco a poco funciona mejor que empeñarnos en que lo hagan perfecto cada día, tenemos que tomar otras precauciones como evitar los alimentos dulces en la cena, animarles a beber agua y sobre todo proporcionarles la pasta y el cepillo adecuados para su edad. El cuidado de la boca es una carrera de fondo que da muchas satisfacciones.

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